Hoy en la mañana, mientras me dirigía a mi trabajo en la delegación Tlalpan de la Ciudad de México, me tocó escuchar la entrevista radial de Pedro Ferriz de Con a Arnoldo Rodríguez Reyes, candidato a la alcaldía de Zacatecas por parte de la alianza Primero Zacatecas entre el PRI, el PANAL y el PVEM. El escepticismo de Ferriz de Con era palpable ante las palabras de Rodríguez, quien hablaba de cómo él y sus compañeros representan una nueva generación del PRI que reconoce la corrupción del pasado y el presente, intentando regresar a los principios ideológicos de crecimiento económico y justicia social del PRI.
En días pasados hemos visto acusaciones y evidencia de la corrupción de distintos políticos priistas salir a la luz. Hay de todo: Un gobernador de Veracruz que le puede asegurar la alcaldía a uno de sus compinches porque él tiene “el pinche poder”, un gobernador de Oaxaca reconocido por la Suprema Corte de Justicia como el responsable de la violencia que se vivió en su estado en 2006, un gobernador del Estado de México que manda a su novia actriz a una shopping spree a Francia con dinero del Estado, etcétera. Teniendo esta información en mente y tan fresca en nuestras pantallas, es difícil creerle a alguien que dice ser la nueva generación del mismo partido político al cual sólo se le puede defender diciendo que es el que tiene más experiencia. En mi opinión personal, si la democracia se tratara de mantener a los políticos con experiencia en el poder, tener elecciones sería un gasto innecesario. Pero repito: esa sólo es mi opinión.
Ojalá sea cierto. Ojalá el PRI sí esté reformándose y regresando a sus raíces ideológicas; no a sus raíces de querer retener el poder a toda costa, convertir el Estado en una corporación piramidal con derecho de admisión, declarar que un individuo como Enrique Peña Nieto es su heredero y defender a sus políticos quejándose, primero que nada, de que alguien haya osado descubrirlos. ¿Qué es peor, que hayan abusado de su poder o que los hayan descubierto?
Escrito por Francisco García González, LRI.
En días pasados hemos visto acusaciones y evidencia de la corrupción de distintos políticos priistas salir a la luz. Hay de todo: Un gobernador de Veracruz que le puede asegurar la alcaldía a uno de sus compinches porque él tiene “el pinche poder”, un gobernador de Oaxaca reconocido por la Suprema Corte de Justicia como el responsable de la violencia que se vivió en su estado en 2006, un gobernador del Estado de México que manda a su novia actriz a una shopping spree a Francia con dinero del Estado, etcétera. Teniendo esta información en mente y tan fresca en nuestras pantallas, es difícil creerle a alguien que dice ser la nueva generación del mismo partido político al cual sólo se le puede defender diciendo que es el que tiene más experiencia. En mi opinión personal, si la democracia se tratara de mantener a los políticos con experiencia en el poder, tener elecciones sería un gasto innecesario. Pero repito: esa sólo es mi opinión.
Ojalá sea cierto. Ojalá el PRI sí esté reformándose y regresando a sus raíces ideológicas; no a sus raíces de querer retener el poder a toda costa, convertir el Estado en una corporación piramidal con derecho de admisión, declarar que un individuo como Enrique Peña Nieto es su heredero y defender a sus políticos quejándose, primero que nada, de que alguien haya osado descubrirlos. ¿Qué es peor, que hayan abusado de su poder o que los hayan descubierto?
Escrito por Francisco García González, LRI.
Sin lugar a dudas una acción ilegal no puede ser justificada sin embargo como reza el dicho nada puede ser peor que robar y ser descubierto. Saludos!
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