viernes, 17 de septiembre de 2010

Cómo la gente se convierte en monstruos... o heroes


“No se debe de buscar a las manzanas podridas, sino a los barriles de donde salen las manzanas podridas,” dice Philip Zimbardo en su conferencia How People Become Monsters…or Heroes. La conclusión se obtiene al analizar los hechos que sucedieron en los juicios de Abu Ghraib, donde guardias explotaron y abusaron de los reos sin ninguna clase de control. Zimbardo, siendo uno de los testigos en los juicios de estas personas, menciona que lo que sucedió no fue porque los guardias fueran personas malvadas, sino porque las circunstancias permitieron que estos guardias tomaran estas acciones, o bien, que expresaran la maldad en ellos. Él define esta maldad como “el ejercicio de poder con intenciones de crear daño psicológico, daño fisiológico, destruir moralmente o cometer crímenes en contra de la sociedad”, que es justamente lo que sucedió en la prisión de Abu Ghraib. Los guardias no eran supervisados, ciertas condiciones se dieron y el resultado fue un trato inhumano de los reos, causándoles una humillación que rebasa los límites de la cordura.

¿De dónde salieron esas personas y qué es lo que les sucede en la cabeza? Si, definitivamente fueron ellos y no sufrían vicio de voluntad. Pero fueron las circunstancias las que dieron paso a sus acciones. Zimbardo lo compara con un teatro. ¿Quiénes son los actores? ¿Quién es el director? ¿Cuál es la vestimenta? ¿Cuál es el contexto en que los personajes se desenvuelven? Para esto el agrega otros ejemplos, como el de un experimento donde se buscaba a personas para que electrocutaran a otras personas mediante presionando botones. La persona se equivocaba en lo que preguntaba y alguien le decía que le picara al botón de electrocutar, subiendo cada vez más la intensidad de la carga eléctrica. ¿El resultado? El 90% de las personas hicieron lo que se les decía, electrocutaron a la persona hasta casi matarla, solo porque les dijeron que los responsables no serían ellos, sino su superior.

Un experimento similar fue realizado con Zimbardo como líder, en el estudio de la prisión de Stanford, donde había jóvenes que se les pagó para hacer de prisioneros y otros que se les pagó para hacer de guardias. Se simuló un ambiente parecido a lo que sucedió en Abu Ghraib, donde se les dio poder y anonimato a los guardias. Los resultados mostraron que se comenzaron a ver indicios de lo que sucedió en Abu Ghraib, pero detuvieron el experimento cuando la integridad de los jóvenes comenzó a ser violada. Una vez más, fueron las circunstancias, no las personas.

Pero no se puede ver todo desde un lado negativo. Zimbardo agrega que así como las circunstancias pueden crear monstruos, también pueden crear héroes. Para es
to menciona el ejemplo de un hombre que cayó en las vías del metro y 75 personas lo vieron, pero ninguna se movió excepto un hombre que colocó al otro en medio de los rieles y se agacho arriba de él, logrando así salvar la vida de ambos. La persona que lo salvó era una persona ordinaria, pero lo que hizo fue extraordinario. Fue la situación que permitió el nacimiento de un héroe y Zimbardo dice que todos debemos de ser héroes pasivos, esperando la oportunidad para salvar la vida de alguien o luchar por un ideal, es decir, no actuar egocéntricamente, sino socio-céntricamente.

De la misma manera, enfocándolo a la situación del narcotráfico en nuestro país, debemos de buscar las circunstancias y cambiarlas. No debemos buscar a las manzanas podridas, sino buscar los barriles de donde están saliendo las manzanas podridas. Eso es lo que la actual administración del país debería de buscar.


Escrito por Mauricio Alejandro Valdés Galván, LAE.

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