Un país está representado por su gente, si el 68% de la población cree que “el gusto por la fiesta” es una virtud, ¿entonces qué clase de país somos? Puede que haya problemas de inseguridad, que la economía no esté bien, que la política sea más un circo que una acción ciudadana pero, a final de cuentas, México es un país “fiestero” porque su gente lo es, y ésta es la raíz de los demás problemas que ahorita se están enfrentando.
Con una población que prefiere identificarse con “el gusto por la fiesta” a diferencia de la honestidad, la integridad, la responsabilidad, la tolerancia, entre otras, no es de esperarse que México no logre un gran avance en su desarrollo económico, social ni político. Si de alguna manera pudiera cambiarse a “68% se identifica con la integridad como virtud”, tal vez los políticos no tomarían dinero ajeno, los jóvenes no consumirían drogas alentando al narcotráfico, etcétera.
Si se quiere que México cambie, se tiene que empezar por su gente, por nosotros, por los mexicanos. No se podrá hacer a este país más seguro, si más de la mitad prefiere la fiesta a cualquier otra cosa. Es necesario que el cambio vaya de adentro hacia afuera, que se cree una consciencia ciudadana de que nosotros somos México, y ¿acaso tú quieres ser reconocido por ser fiestero?
Escrito por Mirna Elizabeth García Torres, LEM.
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