
¿Qué nos separa de los animales? ¿Si ellos actúan en base a sus instintos como respuesta a los estímulos que reciben de su entorno y si nosotros también poseemos ese instinto animal entonces por qué no ser simplemente instintivos? La razón es que nosotros, a diferencia de los animales, tenemos el gran don de la razón. Nos hemos convertido, tras siglos de evolución, en seres racionales y críticos.
¿Qué? ¿No es una sorpresa? ¿Entonces por qué es tan común no practicar esa facultad nuestra, tan valiosa, de reflexionar acerca de nuestras vidas y nuestros actos? Debemos poner en práctica la ética, la cual genera acciones mediante la reflexión, y debemos a su vez considerar el impacto que podemos llegar a tener sobre las vidas de otras personas.
Uno no vive solo en su casa, en su ciudad, en su país ni en este mundo, sino que lo comparte con millones. En realidad no es difícil actuar de manera ética, sólo es cuestión de pensar unos minutos antes de actuar o inclusive después, para analizarse uno mismo como persona y darse cuenta de qué manera encaja en la sociedad y ver si está conforme con el rol que asume.
Por otro lado, también existe la doble moral. Se nos hace tan fácil juzgar a otros "¡no puedo creer que haya robado, qué vergüenza que sean tan corruptos en este país!" y al día siguiente, cuando la policía te para, "bueno mejor lo solucionamos aquí con un soborno". ¿Por qué si tenemos definidos nuestros valores, no podemos ser congruentes con ellos? Cuando se trata de la moral, no existen tonos grises; sólo el blanco y el negro y uno puede tratar de engañar a otros e inclusive justificarse hasta que los demás lleguen a estar de acuerdo, pero lo que definitivamente es imposible de hacer es engañarse a uno mismo.
Escrito por Grecia Ilusión Cardona Moscoso, LAF.
Estoy de acuerdo, creo que debemos luchar por ser congruentes en nuestras vidas y aceptar que si no lo somos, siempre seremos parte del problema.
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