Ahora las calles donde solía haber niños jugando están vacías. Ahora, siendo jóvenes y no niños, podemos ver a nuestros padres llamándonos preocupados al celular desde las 11¨PM, para ver si estamos bien. Ahora la gran mayoría de nosotros puede decir sin ningún problema que conoce o conoció a alguien con problemas de drogadicción. Hemos hecho parte de nuestra cotidianidad el ver en la televisión las muertes de personas ajenas a nosotros. Ahora es muy raro encontrarse a algún agente de tránsito que de verdad quiera infraccionarte.
Es una lástima que, en lugar de haber progresado positivamente, haya ocurrido lo contrario. Qué lástima que por tanto tiempo hayamos adoptado como parte de nuestra vida cotidiana todo lo que actualmente está ocurriendo a nuestro alrededor.
Compañeros, no perdamos la fé ni la ilusión de poder volver a aquellos tiempos en los que, me atrevo a decir, vivíamos tranquilos. En cada uno de nosotros está el construir las columnas que den soporte a la estructura de una sociedad que está actualmente en ruinas.
Como dijo Henrik Johan Ibsen, el poeta y dramaturgo noruego: “Las verdaderas columnas de la sociedad son la verdad y la libertad”. Los invito a que sigamos construyendo estas columnas para poder volver a ver, algún día, a nuestro México tranquilo.
Escrito por Tomás Castro López, ITC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario