martes, 26 de octubre de 2010

Industrias Alimentarias: ¿Ética o Lucro?

El incremento en las enfermedades derivadas de la mala alimentación como la obesidad, la hipertensión, la diabetes, gastritis e hígado graso han puesto a muchas personas en alerta acerca del cuidado de la salud. Esto fue visto como una gran oportunidad para la industria alimentaria, al encontrar formas engañosas de convencer a la gente de que sus productos están siendo producidos de manera “más saludable” cuando en realidad lo único que está siendo modificado de dichos productos es la percepción que tienen los consumidores de ellos, no su contenido.

Con frecuencia, el "alimento de la dieta" en realidad no difiere de la comida no dietética. Por ejemplo, cierto pan que es promocionado por tener 25% menos calorías por rebanada que cualquier otro pan, pero no porque sus manufactureros hayan encontrado una manera milagrosa de hacer desaparecer las calorías, sino porque en realidad las lonjas del pan son 25% más delgadas de lo que solían ser. Siendo este un bien más saludable ante los ojos del público, su calidad percibida mejora y, de manera insólita, su precio incrementa. La reducción del tamaño de la porción es una estrategia comúnmente implementada por fabricantes para reducir las calorías de un alimento por porción.

Los productos estadounidenses son consumidos a nivel mundial, por lo que este tipo de estrategias logran ser muy lucrativas. Según reglas de la FDA (Food and Drug Administration), si la cantidad de nutrientes u otras grasas cae por debajo de 0.5 gramos por porción, el fabricante puede redondear a cero. Este dato es clave para la manipulación de información por parte de las empresas productoras. Cremas de café, por ejemplo, pueden contener entre 30% y 40% de grasa. Estableciendo el tamaño de una porción como una cucharilla, el fabricante podrá promocionar que una porción tiene cero por ciento de grasa, sin embargo el truco está en que una cucharadita puede no ser una cantidad suficiente como para una taza de café (Zamora, 2005).

Al promocionar a sus alimentos de esta manera, las empresas se están aprovechando de la ingenuidad y confianza de sus consumidores y manipulan a la ley de manera engañosa y dañina para satisfacer su avaricia. Cometen falta en tres maneras al promocionar de manera falaz, proveer productos que pueden aún seguir dañando la salud de sus consumidores sin que ellos estén conscientes y al involucrar a todos sus empleados dentro de esta maña convirtiéndolos a todos en cómplices de una mentira muy bien adornada y disimulada.


How to read food labels. [Scientific Psychic]

Escrito por Grecia Ilusión Cardona Moscoso, LAF.

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