El presidente Obama describió el nuevo tratado como "el tratado de control de armas más completo en casi dos décadas", lo cual puede sonar un poco exagerado, ya que este sólo acuerda una reducción del 30% en el número de misiles desplegados e ignora los que se puedan tener en almacenaje. Reducir el número de misiles de alrededor de 2,200 a una cantidad entre 1,550 y 1,650 realmente no hace una gran diferencia. Lo que sí es importante mencionar es que este es el primer tratado de desarme nuclear entre Estados Unidos y la Rusia post-soviética. En el campo de la cooperación entre dos países que antes eran enemigos, sí es un gran paso. Sin embargo, como lo anticipa este artículo de The Guardian, un importante obstáculo a este tratado es el posible rechazo por parte de los senadores republicanos del Congreso de Estados Unidos, a quienes su característica miopía post-Guerra Fría no los deja ver que tener tantas armas nucleares es un riesgo y no una forma de "ir ganándole a la competencia".
Escrito por Francisco García González, LRI.
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