lunes, 31 de mayo de 2010

¿200 años de libertad?

Es bien conocido por cualquier mexicano que este 2010 se festeja el bicentenario de la independencia de México, y como orgullosos mexicanos que somos, es bien conocido también que se hará una gran fiesta nacional por tal razón. Sin embargo yo me pregunto: ¿Realmente qué estamos celebrando?

Hace 200 años nuestros compatriotas lucharon por la libertad de México, y consiguieron que México se independizara de España; pero ¿hemos tenido esa libertad por la que tanto luchamos? Si echamos un vistazo al pasado, veremos virreyes antes de la independencia, caudillos que sólo buscaban poder por medio de la fuerza después, veremos cambios constantes de gobierno, el Porfiriato, etc. Incluso, para no irnos tan lejos, echen un vistazo al presente… ¿éste es un México que se puede llamar libre?

Es importante que se promueva el patriotismo, es importante que la lucha de 1810 sea reconocida como se está haciendo y acciones como la ceremonia de homenaje a los restos de los héroes de la patria son importantes; pero también es importante que nos demos cuenta de la realidad, y que busquemos vivir en el México por el que ellos lucharon.

Escrito por Mirna Elizabeth García Torres, LEM.

viernes, 28 de mayo de 2010

¿Y dónde queda la historia, TU historia?

Alguna vez, estoy segura, han debido tener algún amigo extranjero que les preguntó ¿y quién es ese del billete de cien? Si no supieron cómo contestar y no tuvieron la iniciativa de investigar después de haber pasado vergüenzas al no conocer su propia historia, de ir a saciar su inquietud o curiosidad, deberían sentirse avergonzados. ¿Por qué la falta de interés? Uno saca el pecho y dice con orgullo “soy mexicano” o colombiano o chileno o incluso latinoamericano y sin embargo no sabe lo que conlleva esa identidad. Es normal no saber a dónde vamos en la vida, porque cada uno crea su camino día a día pero ¡cómo es posible no saber de dónde venimos y cuáles son nuestras raíces! El bicentenario de las naciones latinoamericanas se festeja actualmente con gran júbilo y es por lo que me doy la libertad de compartir un poco de historia acerca del por qué se es posible celebrar estos doscientos años de independencia como latinoamericanos:

Pedro Domingo Murillo es un nombre resonante en la historia latinoamericana. Murillo nació en 1757 en La Paz, futura capital de Bolivia y fue criado en una familia humilde de origen mestizo. Estudió derecho pero se dedicó a la minería. ¿Qué hizo que este abogado de sangre mestiza se convirtiera en una figura clave de la historia hispanoamericana? Su oposición a la injusticia y a la subyugación española de las naciones mestiza e indígena. En el año 1805, los revolucionarios de la ciudad del Cuzco entraron en acuerdo con los hombres eminentes de La Paz y especialmente con Murillo para rebelarse el 16 de julio de ese año; pero el intento fracasó. A pesar de haber sido encarcelado, Murillo no desistió de su causa y cuatro años después de su captura, el 16 de julio de 1809, Murillo y los patriotas de la Independencia proclamaron la revolución popular abiertamente. Estallada la revolución de julio, el virrey del Perú, temeroso de que la chispa revolucionaria iniciada en La Paz se propagara en América, envió un ejército al mando del presidente de Cuzco. El ejército fue victorioso y empezó a castigar a los rebeldes, quienes fueron en última instancia capturados. El 29 de enero de 1810, Pedro Domingo Murillo, Basilio Catacora, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Juan Antonio Figueroa, Apolinar Jaén, Gregorio García Lanza y Juan Bautista Sagárnaga, cuyos nombres han pasado a la posterioridad con el título de los nueve Protomártires de la Independencia de Bolivia y de Latinoamérica, fueron ahorcados en la Plaza de Armas frente a la Capilla del Loreto en La Paz. Este acontecimiento resonó en toda América Latina y fue así que comenzaron a levantarse los pueblos latinoamericanos, dando legitimidad a las grandes palabras que pronuncio Pedro Domingo Murillo antes de su muerte: “La tea que dejo encendida, nadie la podrá apagar, viva la libertad.”

Este es uno de mis verdaderos héroes. ¿Cuál es el tuyo?

Escrito por Grecia Ilusión Cardona Moscoso, LAF.

Vecinos del norte, Vecinos del sur

Corea del Sur acusa a Corea del Norte, con evidencia, de haber hundido un barco con 40 personas. A pesar de que Corea del Norte lo niega, ha tomado medidas hostiles en contra de Corea del Sur, alegando que recurrirá a la fuerza militar si es que lo presionan. En cuanto a que si Corea del Norte efectivamente estuvo involucrado en el percance de este barco de Corea del Sur o no, no es lo importante. Lo importante es todas las medidas que ha tomado Corea del Norte, es decir, la pérdida de comunicaciones entre el Norte y Sur, la expulsión de trabajadores del Sur que trabajaban en el Norte, la suspensión de actividades económicas entre estos dos países, etc. Toda esta situación ya está impactando en el mundo. Los Estados Unidos para variar están tomando partido en el asunto, favoreciendo a Corea del Sur y buscando un acuerdo en común, además de la baja en la bolsa de valores de países fuertemente involucrados, como por ejemplo Japón, cuya bolsa llego a disminuir en un 3%.
Estados Unidos y México también tienen problemas en cuanto al manejo de su frontera común, problemas como el tráfico de drogas, de armas y de personas, etcétera. Actualmente dan a entender que ahora sí van a trabajar juntos. Estados Unidos ya desplegó alrededor de 1200 militares en la frontera del estado de Texas, con el fin de reforzarla y lograr una mejor labor de vigilancia. También cabe resaltar la reciente visita del presidente Calderón a los Estados Unidos, donde pudimos apreciar que nadie es profeta en su propio país, sin embargo, ha conseguido un apoyo verdadero por parte del vecino del norte. No es la primera vez que estos países trabajan juntos, pero es la primera vez donde realmente parece que trabajan juntos por un mismo problema que ya no se podía ignorar.

Casos opuestos, metas opuestas, medidas opuestas. Una dupla que va creciendo mientras otra que se está separando. Como ya hemos apreciado en las situaciones económicas recientes, las acciones de uno o de dos países repercuten directamente en el accionar y bienestar de otros. Esto tan solo es el principio, sólo queda esperar que la resolución de los casos sea para uno el maximizar el beneficio y en el otro el minimizar el perjuicio.

Escrito por Mauricio Alejandro Valdés Galván, LAE.

lunes, 17 de mayo de 2010

Arizona o México

Hace unos días me topé con un artículo de un conocido diario que relataba la historia de un par de mujeres indígenas que visitaron, acompañadas de una reportera, las tiendas de un conocido centro comercial en la zona de Polanco, en la Ciudad de México. Durante su visita se vieron asediadas por las miradas desaprobatorias de guardias de seguridad, empleados y otros visitantes. Nos encontramos ante una triste realidad: la discriminación también existe en México.

Las mujeres, dos indígenas tzotziles, vestían sus trajes tradicionales de faldón y huipil que eran completamente diferentes a los artículos de lujo que se exhibían en los aparadores de las tiendas que visitaban. Además de su “inadecuada” indumentaria, las mujeres discutían en tzotzil, pues sólo una de ellas tuvo la oportunidad de aprender español. Ellas, al igual que las empleadas que las atendían, se dedican a vender prendas y textiles. La única diferencia era que su mercancía eran artículos tradicionales confeccionados en Chiapas, donde habían dejado a su familia con el fin de mejorar su calidad de vida.

En las últimas semanas se han alzado las voces de millones de mexicanos en contra de la nueva ley promulgada en el estado de Arizona, esperando detener la discriminación que existe hacia el pueblo latino en los Estados Unidos. Lo hacen con justa razón, pero muchos no se detienen a pensar que, aún dentro de sus fronteras, existe discriminación hacia los llamados “grupos marginados” que por el solo hecho de ser llamados así están siendo discriminados.

Las mujeres indígenas de las que hablamos fueron juzgadas bajo los mismos parámetros que propone la ley estadounidense tan ampliamente criticada: su color de piel, su forma de vestir, su forma de hablar. Creo, como lo he mencionado en entradas anteriores, que el cambio debe empezar desde adentro. No podemos exigir algo que no podemos dar y debemos empezar a respetar para poder exigir que nos respeten.

Escrito por Ruben Velazquez Treviño, LIN.

sábado, 15 de mayo de 2010

Nuevo Pacto Nuclear entre Estados Unidos y Rusia

En un gran avance hacia la paz y la cooperación entre ambos países, Barack Obama, presidente de Estados Unidos, presentó el nuevo tratado START entre Estados Unidos y Rusia para el desarme nuclear mutuo después de una llamada telefónica con el presidente ruso, Dmitri Medvedev. Este tratado viene a sustituir al tratado START I, vigente desde 1991 hasta noviembre de 2009. START I entró en vigor apenas 5 meses antes de que se disolviera la Unión Soviética, por lo que eventualmente también afectó a ex-repúblicas soviéticas como Kazajstán, Ucrania y Bielorrusia, las cuales eventualmente eliminaron por completo sus armas nucleares.

El presidente Obama describió el nuevo tratado como "el tratado de control de armas más completo en casi dos décadas", lo cual puede sonar un poco exagerado, ya que este sólo acuerda una reducción del 30% en el número de misiles desplegados e ignora los que se puedan tener en almacenaje. Reducir el número de misiles de alrededor de 2,200 a una cantidad entre 1,550 y 1,650 realmente no hace una gran diferencia. Lo que sí es importante mencionar es que este es el primer tratado de desarme nuclear entre Estados Unidos y la Rusia post-soviética. En el campo de la cooperación entre dos países que antes eran enemigos, sí es un gran paso. Sin embargo, como lo anticipa este artículo de The Guardian, un importante obstáculo a este tratado es el posible rechazo por parte de los senadores republicanos del Congreso de Estados Unidos, a quienes su característica miopía post-Guerra Fría no los deja ver que tener tantas armas nucleares es un riesgo y no una forma de "ir ganándole a la competencia".

Escrito por Francisco García González, LRI.

viernes, 14 de mayo de 2010

Arizona y sus locuras

Hace dos semanas, cuando Jan Brewer, la gobernadora republicana de Arizona, pasó esa ley, no me dio risa. No me dio risa porque justo después de eso me enteré de que una buena amiga mía, republicana de Florida, estaba de acuerdo con esa ley. Según ella, tiene perfecto sentido que si alguien con mis características físicas (pelo negro, piel bronceada, ojos cafés) está en Estados Unidos, que se sospeche que yo sea un inmigrante ilegal y que eso sea un crimen. No importa que ella esté voluntariamente ignorando los hechos sobre la inmigración, como el hecho de que 2/3 de los inmigrantes a EUA son legales y del resto, el 40% llegaron a EUA legalmente. Además de que los mexicanos son el mayor grupo de inmigrantes ilegales, pero también el mayor número de inmigrantes legales. No tengo palabras para las personas que deliberadamente deciden escoger sus prejuicios infundados por encima de los hechos.

Ahora Arizona prohibió los cursos de Estudios Étnicos porque "promueven el chauvinismo étnico y el resentimiento racial contra los blancos, segregando a los estudiantes por su raza. ¡Es igual que en el Sur Confederdo!". Claro, porque las acciones de los confederados de la Guerra Civil Estadounidense obviamente sólo se llevaron a cabo en los salones de clases como Estudios Afroamericanos, Estudios Mexicoamericanos, Literatura Latina, Literatura Afroamericana y Estudios Indígenas (todas estas censuradas gracias a la nueva ley). En todo caso, si esos cursos promueven la segregación racial, también tendría sentido prohibir los cursos de Historia Europea, Civilización Occidental y Literatura Inglesa, ¿no? Oh, lo siento. Olvidaba que esos cursos son historia y literatura "default", es decir las que uno necesita para que se le considere una Persona Educada En Lo Que Sí Importa, sin importar que ese tipo de educación nos deje pensando que el Cinco de Mayo es la independencia de México.


Escrito por Francisco García González, LRI.