lunes, 14 de febrero de 2011

Autonomía y heteronomía

Hace aproximadamente dos semanas acudí a un seminario de ética intercultural impartido por Norbert Bilbeny. De todo el contenido del seminario, que incluía información interesante y ofrecía una clara perspectiva de la ética, hubo un punto en particular que creo es importante mencionar.

Bilbeny menciono que para tener una ética intercultural hay que seguir tres principios (basándose en Immanuel Kant):

· Reversabilidad

· Reciprocidad

· Reflexividad

En el segundo punto, Bilbeny mencionó que es importante que nos desarrollemos como personas autónomas y heterónomas al mismo tiempo.

La autonomía moral es el regirse por normas internas y tomar en cuenta la buena voluntad, mientas que la heteronomía es regirse por normas externas. Bilbeny aseguro que estos dos conceptos no deberían ser suplementos, sino complementos en una persona.

Es cierto que los seres humanos tenemos libre albedrío y que debemos de poder ser capaces de ejercerlo, sin embargo, igual de cierto es que vivimos en una sociedad. Por más que se quiera, nuestras acciones afectan a personas ajenas, por lo tanto: ¿No sería adecuado tomar en cuenta las reglas de las demás personas también?

Más allá de las aplicaciones que este concepto de personas autónomas y heterónomas puede ofrecer a la ética y la moral, éste concepto tiene el potencial para extenderse a la mayoría de los aspectos que nacen de vivir en sociedad.

Muchos problemas actuales nacen de la excesiva autonomía que una persona ejerce, o de la heteronomía tan estricta que los gobiernos pretenden lograr. Es importante lograr un balance entre estas dos, un balance que brinde libertad sin perjudicar a otra persona, un balance que permite la convivencia de uno con el otro.

Escrito por Mirna Elizabeth García Torres, LEM.

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