
Las áreas con la mayor cantidad de denuncias en contra de funcionarios públicos hechas ante el Ministerio Público se encontraron dentro del Servicio de Administración Tributaria, las Administraciones Generales de Aduanas, de Auditoría Fiscal Federal y de Recaudación. Durante la primera mitad del año se presentaron denuncias en contra de 133 funcionarios por haber cometido “delitos de peculado, acceder ilícitamente a sistemas y equipos informáticos, falsificar documentos y/o ejercer indebidamente el servicio público”. Según reportes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, hubo ejercicio indebido del servicio público en la AGA norte centro y en la Administración General de Servicios al Contribuyente metropolitana, en los cuales descubrieron acceso ilícito a sistemas y equipos informáticos.
Es primordial que la ética, la honestidad y la justicia se apliquen en cualquier ámbito laboral pero más aún en el sector público, puesto que una vez corrompido cualquier organismo supervisado por el gobierno, no existe garantía de eficiencia ni credibilidad en este. Si los funcionarios públicos comenten actos ilícitos, el sistema público es inevitablemente ineficaz, ineficiente y poco confiable. Esto a su vez desalienta a la inversión extranjera y perjudica al progreso y prosperidad de la sociedad.
Ojeda Castilla, M. (2010). Denuncian a 133 funcionarios por varios delitos en el SAT. El Financiero.
Escrito por Grecia Ilusión Cardona Moscoso, LAF.




“No se debe de buscar a las manzanas podridas, sino a los barriles de donde salen las manzanas podridas,” dice Philip Zimbardo en su conferencia How People Become Monsters…or Heroes. La conclusión se obtiene al analizar los hechos que sucedieron en los juicios de Abu Ghraib, donde guardias explotaron y abusaron de los reos sin ninguna clase de control. Zimbardo, siendo uno de los testigos en los juicios de estas personas, menciona que lo que sucedió no fue porque los guardias fueran personas malvadas, sino porque las circunstancias permitieron que estos guardias tomaran estas acciones, o bien, que expresaran la maldad en ellos. Él define esta maldad como “el ejercicio de poder con intenciones de crear daño psicológico, daño fisiológico, destruir moralmente o cometer crímenes en contra de la sociedad”, que es justamente lo que sucedió en la prisión de Abu Ghraib. Los guardias no eran supervisados, ciertas condiciones se dieron y el resultado fue un trato inhumano de los reos, causándoles una humillación que rebasa los límites de la cordura.

